Un 9 de octubre de 1902, el gran prehistoriador Émile Cartailhac escribió una carta a María, la niña que en 1879 había descubierto las pinturas de la Cueva de Altamira de la mano de su padre, Marcelino Sanz de Sautuola, pidiéndola perdón. Veintitrés años después de que los ojos de Maria quedaran hipnotizados por esas pinturas y de tratar de loco chiflado las ocurrencias de un Marcelino Sanz de Sautuola que quería ver en el hombre prehistórico la capacidad de hacer arte, la comunidad científica reconocía su error y aceptaba la autenticidad de las pinturas rupestres de Altamira. En este momento se abrió el campo del arte rupestre prehistórico a la investigación que traerá consigo grandes descubrimientos por toda Europa.
Esta efeméride, hace que el día 9 de Octubre haya sido elegido para celebrar el Día Europeo del Arte Rupestre y desde Madronactiva no queremos dejar pasar la oportunidad para celebrarlo como se merece. Durante los próximos 10 días nuestras redes sociales se teñirán de rojo óxido de hierro y acercaremos el arte rupestre del Valle de Alcudia y Sierra Madrona a todo el mundo a través de actividades y diferentes publicaciones.
Si Marcelino Sanz de Sautuola fue tildado de loco en 1879; como tendríamos que calificar a Fernando López de Cárdenas cuando un mes de mayo de 1783, noventa y seis años antes de que la pequeña Maria viera unos grandes “toros” en los techos de una cueva en Cantabria, se encontró delante de una pared en las sierras de Fuencaliente donde vio “figurados con tinta de rubrica bituminosa, símbolos, jeroglíficos y figuras que no se hallan en los alfabetos conocidos hasta ahora”. Su inquietud erudita le llevo a realizar los primeros dibujos de unas pinturas rupestres que se conocen y una interpretación de las mismas, que aunque muy alejadas de la realidad, supusieron una primera valoración de este tipo de representaciones, de su antigüedad e importancia.
Como ya imaginareis esas paredes ante las que se encontró López de Cárdenas hace 237 años eran los yacimientos de Pinturas Rupestres de Peña Escrita y La Batanera.
Somos unos pocos los que nos empeñamos en que se reconozca verdaderamente la importancia de estos dos yacimientos que la historia de la investigación hace únicos. Pero la importancia de estos abrigos de pintura rupestre esquemática va mucho más allá. Su estado de conservación sorprende a todo aquel que las visita y su contexto en un territorio que cuenta con más de 100 enclaves de pinturas rupestres, hacen de la comarca del Valle de Alcudia y Sierra Madrona un territorio imprescindible para entender este tipo de arte.
Desde aquí os invitamos a descubrir estos yacimientos y dejaros llevar por la magia que despiertan. Da igual que lo hagáis desde la mirada erudita de López de Cárdenas o con los ojos inocentes de Maria, ambas miradas te llevaran 4000 años atrás, un auténtico viaje en el tiempo en el Valle de Alcudia y Sierra Madrona.
David Oliver Fernández